Camino a Heathrow, pense en el miedo a la vejez. O quiza debiera de decir del miedo a la vejez, otro de los puntos de mi lista de " las cosas que inquietan a mi generación". Cuando iba al aeropuerto había contado por el camino los carteles publicitarios en lo que salían personas jóvenes hermosas sonriendo ante un frasco de colonia, una joven con aspecto sensual sonriendo con los botones del vaquero desabrochado...
No había visto ni un solo personaje que pudiera aparentar más de treinta y cinco años. Soy joven, muy joven, 21 inviernos en mi caso, no primaveras, y me atravo a decir que toda esa importancia a la juventud... yo no me la trago. Sé lo triste que puede resultar ser joven a ratos, así que a mi no me digan que es tan maravilloso. Todos aquellos que luchan constantemente con su yo desconocido, sus sentimientos de ineptitud, su sensación de que la vida era para los mayores que ellos querían ser y no podian.
Y además de todas esas cosas, los jóvenes no somos sabios. Tenemos un entendimiento de la vida muy limitado. ¿ Cuando la gente te manipula, te dice que si te compras tal perfume serás guapa, o que si te compras tal par de vaqueros seras atractivo... y tu te lo crees? ES ABSURDO!.
Lo bonito es abrazar la vejez, la vejez de los 20, los 40, los 60, los 80... los 100! y cuando digo abrazar, me refiero a que cuando creces, aprendes más. Si te quedaras en los dieciseis serías siempre tan ignorante como cuando tenías dieciseis. El envejecimiento no es sólo decadencia. Es crecimiento. Es algo más que el factor negativo de que te vas a morir, también es el factor positivo de que entiendes que te vas a morir, y de que vives por ello una vida mejor.
Y cuando escucho a alguien decir, " Ojalá tuviese yo tus veinte años!"; me viene la sensación de vidas insatifeschas. Vidas no realizadas. Vidas que no han encontrado sentido. Porque si has encontrado sentido en tu vida, no quieres volver atrás. Quieres seguir adelante. Quieres hacer más, ver más. No quieres esperar, quieres hacerlo ya, que pase el tiempo para hacerlo, para que llegue el día, ir haciendo un camino para llegar al objetivo, y eso sólo se consigue con el paso de los días, meses y años.
Es inutil luchar contra el envejecimiento, vas a ser siempre infeliz, porque te va a llegar en todo caso.