El argumento teológico de los que creen en Dios; mi aita, creyente y practicante, siempre me cuenta la historia del reloj que dice algo así: Si estuviésemos caminando por la playa y encontráramos un reloj en la arena, no supondríamos que fue arrojado sobre la arena, ya que tendría que haber sido formado a través de los procesos naturales y los movimientos del mar. Más bien supondríamos que el dueño lo perdió y que en alguna parte hubo un relojero que lo diseñó y construyó originalmente con un propósito específico en mente. La inteligencia no puede ser producida por la no inteligencia, así como la nada no puede producir algo. Hay, por lo tanto, una inteligencia eterna y necesaria presente y reflejada en el universo del espacio-tiempo. Y esto me hace pensar.
Hasta hace unos quinientos años, la humanidad no tuvo ninguna dificultad en reconocer a Dios como el Creador del orden natural. La mejor explicación lo consideraba como el Diseñador divino que lo creó con un propósito y mantuvo todas las cosas por la palabra de su poder. Pero el surgimiento de la ciencia moderna inició un proceso en el mundo material. La superstición y la ignorancia habían atribuido vida espiritual al bosque, al río y a la montaña. Las cosas que no se entendían científicamente eran aceptadas rutinariamente .Lentamente, el factor misterioso y espiritual fue reemplazado por explicaciones y teorías naturales de los estudiosos y científicos sobre cómo y por qué las cosas funcionaban realmente. Se creía que sólo el tiempo y la investigación, y no Dios, serían necesarios para explicar finalmente con precisión la totalidad del orden natural. La idea de Alguien trascendente llegó a considerarse innecesaria, al haber sido invalidada por la nueva teoría de la selección natural.
Irónicamente, la misma ciencia que quitó a Dios entonces está trayendo de nuevo la posibilidad de su existencia hoy. La física nos ha llevado ahora al borde de lo físico, a un lugar donde las estructuras de partículas son descritas por algunos como de una cualidad espiritual o fantasmal (quizá esta es la explicación de mi necedad en las ciencias, por lo de fantasmal, digo) Los neurofisiólogos luchan con observaciones enigmáticas que sugieren que la mente trasciende al cerebro. La psicología ha desarrollado una rama completamente nueva de estudio (la parapsicología) que afirma que fuerzas psicoespirituales (ESP, biofeedback, etc.) llegan a funcionar más allá del mundo físico. Los biólogos y los geneticistas, enfrentados a las estructuras altamente ordenadas y complejas del ADN, atribuyen una palabra que sugiere "inteligencia" a las secuencias encadenadas: el "código" genético; los astrofísicos han aceptado el "big bang", que parece contradecir la idea de que la materia es eterna y, por gigantesco que sea, el universo parece ser finito. Mirar por el microscopio o el telescopio, se vuelve más difícil, a la luz de la ciencia experimental, sostener la vieja premisa de que este orden y complejidad son productos del azar ciego. Las antiguas suposiciones naturalistas están siendo examinadas críticamente, cuestionadas y encontradas poco convincentes por muchos de los científicos de hoy.
Los descubrimientos de la última mitad del siglo XX han llevado a la comunidad científica a darse cuenta de que el universo y nuestro planeta en el universo son tan asombrosamente únicos que es casi imposible imaginar cómo esto podría haber ocurrido por accidente, lo que lleva a muchos científicos agnósticos a conceder que ciertamente puede requerirse alguna fuerza creativa inteligente para explicarlo. Todas estas características de nuestro mundo están siendo reevaluadas y apuntan hacia el diseño inteligente.
Por lo tanto me posiciono como un “Agnóstica insatisfecha: "Yo no sé, pero me gustaría saber". Cedería ante una perspectiva más razonable y menos escéptica de la vida y de toda la realidad.
Entrando en otro debate; ¿no creemos en Dios o la Iglesia que gestiona ese Dios hace que le rechacemos?.
Hasta hace unos quinientos años, la humanidad no tuvo ninguna dificultad en reconocer a Dios como el Creador del orden natural. La mejor explicación lo consideraba como el Diseñador divino que lo creó con un propósito y mantuvo todas las cosas por la palabra de su poder. Pero el surgimiento de la ciencia moderna inició un proceso en el mundo material. La superstición y la ignorancia habían atribuido vida espiritual al bosque, al río y a la montaña. Las cosas que no se entendían científicamente eran aceptadas rutinariamente .Lentamente, el factor misterioso y espiritual fue reemplazado por explicaciones y teorías naturales de los estudiosos y científicos sobre cómo y por qué las cosas funcionaban realmente. Se creía que sólo el tiempo y la investigación, y no Dios, serían necesarios para explicar finalmente con precisión la totalidad del orden natural. La idea de Alguien trascendente llegó a considerarse innecesaria, al haber sido invalidada por la nueva teoría de la selección natural.
Irónicamente, la misma ciencia que quitó a Dios entonces está trayendo de nuevo la posibilidad de su existencia hoy. La física nos ha llevado ahora al borde de lo físico, a un lugar donde las estructuras de partículas son descritas por algunos como de una cualidad espiritual o fantasmal (quizá esta es la explicación de mi necedad en las ciencias, por lo de fantasmal, digo) Los neurofisiólogos luchan con observaciones enigmáticas que sugieren que la mente trasciende al cerebro. La psicología ha desarrollado una rama completamente nueva de estudio (la parapsicología) que afirma que fuerzas psicoespirituales (ESP, biofeedback, etc.) llegan a funcionar más allá del mundo físico. Los biólogos y los geneticistas, enfrentados a las estructuras altamente ordenadas y complejas del ADN, atribuyen una palabra que sugiere "inteligencia" a las secuencias encadenadas: el "código" genético; los astrofísicos han aceptado el "big bang", que parece contradecir la idea de que la materia es eterna y, por gigantesco que sea, el universo parece ser finito. Mirar por el microscopio o el telescopio, se vuelve más difícil, a la luz de la ciencia experimental, sostener la vieja premisa de que este orden y complejidad son productos del azar ciego. Las antiguas suposiciones naturalistas están siendo examinadas críticamente, cuestionadas y encontradas poco convincentes por muchos de los científicos de hoy.
Los descubrimientos de la última mitad del siglo XX han llevado a la comunidad científica a darse cuenta de que el universo y nuestro planeta en el universo son tan asombrosamente únicos que es casi imposible imaginar cómo esto podría haber ocurrido por accidente, lo que lleva a muchos científicos agnósticos a conceder que ciertamente puede requerirse alguna fuerza creativa inteligente para explicarlo. Todas estas características de nuestro mundo están siendo reevaluadas y apuntan hacia el diseño inteligente.
Por lo tanto me posiciono como un “Agnóstica insatisfecha: "Yo no sé, pero me gustaría saber". Cedería ante una perspectiva más razonable y menos escéptica de la vida y de toda la realidad.
Entrando en otro debate; ¿no creemos en Dios o la Iglesia que gestiona ese Dios hace que le rechacemos?.
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