jueves, 7 de enero de 2010

La cosa va de Regalos y/o Caprichos

(Nikon Coolpix P90)

La realidad es que todos sabemos que los regalos que más ilusión despiertan son los inesperados, aquellos que no tienen fecha de vencimiento, aquellos en los que un catálogo o un cartel brillante no han tenido nada que ver. Se ofrecen porque sí, porque todos los días merecen ser celebrados. Y se hacen con el corazón, no con la cartera. Los buenos regalos se preparan con sigilo y expresan amor, admiración o una combinación de ambos. No están hechos de euros sino de esmero e ilusión, y es exactamente eso lo que transmiten.
Los regalos que con más ilusión he recibido en mi vida han costado cantidades de dinero que tienden a cero. Están compuestos de sorpresa, de tiempo y de admiración. Han sido elaborados con cuidado y cariño, y es por eso que llegan hasta donde un collar o un perfume no soñarían con llegar ni en sus sueños más pervertidos.

Dicho todo esto, hay regalos que no se pueden hacer sin ser a golpe de cartera, de rebajas y con una fecha justificable para despilfarrar semejante cantidad de dinero. Llamemoslo "CAPRICHO".
A estos últimos no pienso quitarles mérito ni mucho menos, me explico: necesitan igualmente sigilo para comprarlo, amor para regalarlo, admiración para hacer realidad un "deseo" y esmero, tiempo e ilusión para ahorrar lo que cuestan. Por todo y sinceramente; a mi me ha echo igual ilusión que los que tendían a cero y llegaban hasta donde un collar o un perfume no soñarían con llegar ni en sus sueños más pervertidos. MILA ESKER!

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